La primera vez que quedé embarazada tenía 19 años y mucho miedo. Mi hijo nació cuando tenía 20 años, y de alguna u otra forma, ser mamá a los 20 es distinto de serlo a los 17 o 18.
Tenía 21 años cuando nació mi hija. Y la vida parecía que iba a ser muy muy difícil. Después de 10 años sigo pensando que de vez en cuando es muy muy difícil.
Nuestro primer viaje. Parque Nacional Reserva Oncol, Valdivia. Chile, 2012
Podría decir que he criado a mis hijos sola, y aun cuando toda la responsabilidad siempre ha sido mía, tengo que agradecer la enorme red de amor que me ha rodeado: mi mamá, mi hermana, mi papá, mi abuela, tías y tíos, primas y primos, y mis amigas ❤️ Un montón de cariño para mi y mis hijos.
Ser mamá implica tantas tantas cosas. Desde lo básico: que coman la comida, se bañen y ordenen sus cosas, hasta lo complejo: que sean capaces de manejar sus emociones y se conviertan en personas de bien.
Mis hijos cuando tenían casi 3 y casi 2 años.
Es ser el amor y la contención; acompañar mientras aprenden a caminar, a hablar y a comer; es no perderse ninguna actividad del colegio y hacer todos los disfraces locos que se les ocurran.
Para mi también ha sido significado ser la autoridad. La que pone las reglas y la que hace que se cumplan.
Es difícil ser la mamá buena y la mamá mala al mismo tiempo, es difícil no tener con quién compartir los roles.
A veces me enojo y grito. Y grito mucho. Y me siento culpable. Pero, ¿hay alguna mamá que no grite?
A veces hago y digo cosas de las que me arrepiento, a veces me siento la peor mamá del mundo. ¿Te has sentido una mala mamá alguna vez?
Me sorprendo cuando me dicen que “soy una buena mamá y que lo he hecho bien”, porque realmente yo no me lo creo. Faltan un par de años para saber si lo hice bien o no.
De lo que sí estoy segura es que he estado ahí. Siempre, siempre, siempre. En cada etapa, en cada problema y en cada solución.
Les leo cuentos antes de dormir, revisamos juntos las mochilas antes de ir al colegio y salimos a caminar y a conversar.
Siempre supe que mis hijos calzarían perfecto en cualquier plan que hiciera para mi vida. Y así se han convertido en mis mejores compañeros de viajes y aventuras.
Espero que ellos sientan que soy una buena mamá, que he tratado de hacerlo lo mejor que he podido. Y que sepan que siempre siempre voy a estar aquí.
Ser mamá tiene dificultades siempre. Yo también me he sentido mala mamá, pero es como dicen mis amigas "todo se pasa cuando los ves durmiendo tranquilos en sus camas" jajajaja.
Lo importante es demostrarles que hacemos lo mejor que podemos.
Un abrazo!