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Buenos Aires / Primera Parte

Miércoles 7 de Septiembre

(*) Todas las tarifas están expresadas en pesos argentinos. El cambio es $1 ARG = $45 CLP


Ésta vez no viajamos solos los 3 como hacemos siempre, si no que mi hermana vino con nosotros también.


El día comenzó muy temprano, nuestro vuelo partió a las 08:40 por lo que debíamos estar a las 06:40 en el Aeropuerto. El viaje nos tomó más o menos 1 hora y media. Llegamos a Buenos Aires en un día nublado y frío con algo de lluvia. Contratamos un transfer hasta el hotel por $700 para 4 personas y directo por la autopista. Como siempre, es muy importante cotizar.


Nos alojamos en el Hotel Mundial, ubicado en la Avenida de Mayo, justo en la estación Saenz-Peña de la línea C del Subte. Pagamos $5.980 por 5 noches en una habitación cuádruple con baño privado y desayuno buffet. Un excelente precio considerando la comodidad de la habitación, la abundancia del desayuno y la excelente ubicación. Estábamos a 3 cuadras de la Avenida 9 de Julio y desde ahí 3 calles más hasta el Obelisco.


Para almorzar hay varios restaurantes en la Avenida de Mayo. Un tip: Hay locales en los que cobran el servicio (el pan, los cubiertos, la sal, y todo eso jajaja). Es importante revisar antes de entrar porque en algunos casos puedes llegar a pagar hasta $40 extras por persona.


Comenzamos nuestro día visitando el Congreso Argentino. En enorme edificio con una construcción impresionante. Tiene enormes columnas de piedra en la entrada, una cúpula verde que destacaba con el cielo gris de este día.


Caminando 4 cuadras por la calle Calleo llegamos hasta Corrientes, la famosa calle donde se ubican todos los teatros, sin embargo me sorprendió el mal estado de las veredas. Es un tanto difícil caminar ya que hay varias cerámicas mal puestas, rotas o simplemente incompletas.


Casi no se puede apreciar el "Paseo de los Artistas", un grupo de estrellas adheridas al suelo con los nombres de reconocidos cantantes y figuras populares.


Seguimos nuestra ruta por 8 cuadras hasta llegar al Obelisco. ¡Qué lindo! Aunque no necesitas más que un segundo para mirarlo, estar ahí me hizo sentir que por fin había venido a conocer Buenos Aires y me sentí tan feliz.


Segundo Tip: Cruzar las calles puede ser un poco complicado, especialmente si vas con niños. Hay esquinas que no tienen semáforos para peatones y la mayoría tiene marcadas las líneas de paso de cebra, pero eso no significa que los autos se detengan cuando tú estás pasando. Por eso es muy importante esperar hasta estar segura de que tienes luz verde (o blanca para peatones en algunas esquinas)


Desde el Obelisco, siguiendo por Corrientes 4, llegamos hasta la calle Florida. Un paseo peatonal lleno de tiendas y galerías. Todos los edificios son tan lindos y las calles están llenas de faroles antiguos. Al final, después de 6 cuadras, nos encontramos con la Plaza San Martin. Aquí se puede ver el monumento al Libertador José de San Martín, el monumento a los caídos en Malvinas y además un gomero gigantesco. Otro tip: Aquí hay wifi gratis de la ciudad de Buenos Aires.


Después de descansar aquí, seguimos por la Avenida Leandro N. Alem buscando una cafetería, terminamos encontrando una donde tomamos Submarinos y comimos medias lunas, muy tradicional para los días de frío.


Continuamos nuestro paseo hasta llegar a Puerto Madero y nos quedamos ahí por varios minutos disfrutando de la vista: el río Dique, los yates encallados, los edificios de ladrillos naranjos. Disfrutamos de un hermoso atardecer sobre el Puente de la Mujer.


Finalizamos el día cruzando por Alem y Rivadavia para visitar la Casa Rosada (que a mi hijo le pareció más color salmón que rosado jajaja), la Catedral Metropolitana y la Plaza de Mayo.


El recorrido por todos los puntos turísticos del centro de Buenos Aires nos tomó más o menos 4 horas. Y terminamos tan cansados que después de cenar fuimos directo a descansar. Tuvimos mucha suerte de venir con mi la Auntie, pues ella conoce muy bien la ciudad y gracias a sus visitas anteriores pudimos aprovechar el tiempo y ver todos los sitios de interés de la forma más eficiente.


Viernes 9 de Septiembre.


Como escribí en mis Tips para viajar con niños este día dejé a los niños decidir qué querían hacer y eso nos llevó hasta el Ecoparque de Buenos Aires, ubicado en el Barrio de Palermo. Para llegar hasta acá tomamos el Subte en Saénz-Peña y combinamos en Lima a la línea D, desde aquí hasta la estación Plaza Italia. Un tip: las estaciones de combinación no tienen el mismo nombre como en el Metro de Santiago, sino que pasas de una estación a otra a través de una red de túneles. Entonces, entras por la estación Lima en la línea C y sales por la estación Catedral en la línea D. Puede parecer complicado al principio pero luego te acostumbras.


Lo mejor del Subte es que es muy económico, sólo $4,50 por persona ($250 chilenos). Para viajar necesitas una tarjeta Sube, la que puedes conseguir en kioskos o en oficinas de turismo de la ciudad. Mientras más uses tu Sube, menos pagas. Y con ella puedes pagar el metro, la micro y el tren, lo que es muy práctico.


El Ecoparque está pasando por una transformación para dejar de ser el Zoológico y volverse un lugar interactivo, de recreación y educación ambiental. Han asumido un compromiso con ser únicamente un lugar de paso para los animales que necesitan ayuda y que luego serán devueltos a sus hábitats. ¡No habrán más crías nacidas en cautiverio!


La entrada cuesta $190 para los adultos y los niños menores de 12 años no pagan. Disfrutamos mucho estando aquí. Mientras recorres el parque puedes ver maras, pavos reales, patos y hasta coipos caminando libremente. También es un lugar bastante amigable ahora que han sacado la mayoría de las rejas y los animales ya no están enjaulados todo el tiempo. Tienen pales infográficos muy claros y fáciles de leer para los niños lo que hizo que disfrutáramos nuestra visita aún más.


El recorrido completo dura más o menos 2 horas y media y terminando aquí puedes almorzar en cualquiera de los restaurantes que hay alrededor de la Plaza Italia. Y luego, caminando por la Avenida Santa Fe se encuentra el Jardín Botánico, al que a penas entramos porque los niños encontraron una plaza de juegos en la esquina con la calle República Árabe Siria.


Las plazas en Buenos Aires son maravillosas. Todas están muy bien cuidadas y también son muy seguras ya que están cercadas con una reja que se cierra por fuera, así puedes estar tranquila de que los niños no irán a ningún lugar sin que te des cuenta.


Siguiendo por la Avenida Santa Fe encontramos un montón de tiendas y galerías e incluso el Alto Palermo Shopping. Después de 15 minutos caminando, doblamos por la calle Austria en dirección a la Facultad de Derecho de la UBA. En el trayecto nos encontramos con el Museo del Libro y la plaza Jorge Luis Borges, súper recomendable si disfrutas de la lectura.


Llegando hasta la Avenida del Libertador nos encontramos con muchos parques y plazas. Hasta nos sentamos a comer una merienda en el pasto y disfrutar del hermoso clima que había.


El edificio de la Universidad tiene unas impresionantes columnas de piedra, casi como el Partenón. Entramos y en el lobby pudimos ver una serie de pinturas y en cada lado del hall una gran estatua de piedra que combinan perfecto con el aire griego del edificio.

Estando aquí puedes visitar el Museo de Bellas Artes, el Cementerio de la Recoleta o el Hard Rock Cafe, todos se encuentras a menos de 5 minutos caminando.


Regresamos al hotel tomando el Subte en la estación Las Heras de la línea H, combinando en Once para salir a Plaza Miserere en la línea C. Justo en la salida del Subte hay un restaurante Tenedor y Parrilla Libre que recomendamos para cenar. El precio por adulto es de $140 y para niños $100. La comida es muy rica y tienes muchas opciones para elegir incluyendo varios platos orientales, postres y helados.


Todavía hay tanto para ver. ¡Este ha sido uno de los mejores días!

SOBRE MÍ
Panchi Omazabal Blog de viajes

Soy Francisca "Panchi" Ormazábal.

Tengo 29 años, un hijo y una hija maravillosos y una empresa que crece cada día.

El 2016 cumplí mi sueño de viajar sola y recorrí varias ciudades del Reino Unido.

Y ahora estoy cumpliendo otro de mis sueños compartiendo mis pensamientos en un blog.

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